Al final, con el caminar ya se me hace el destino.
Hoy duermo despidiéndome de Francia con un sabor agridulce. Todos esos paisajes que en soledad me han hecho compañía y me han llenado por completo. Tierras fértiles, ocres y verdes.
Dejo atrás un país dolido por lo sucedido pero hambriento de futuro.
Me gustaría volver a verte, más tranquilo y sin tanta prisa. Lo dejaremos pendiente ¿si?.
Nos veremos Francia… Hola Bélgica!